jueves, 25 de septiembre de 2008

La realidad esta escrita en un papel de fumar (microrelato)

La familia de la victima tuvo que escuchar todo tipo de cosas en el juzgado. La madre se tapaba de vez en cuando los oídos y el padre la miraba con compasión. El niño había sido violado y el violador ocupaba un lugar central en la sala. Mejor dicho, el violador ocupaba un lugar central en el circo mediático y en la sala y en la vida de la mujer aturdida que se tapaba alternativamente los oídos y los ojos. Vamos, su centralidad era incuestionable.
Llego el momento de las pruebas y de las peticiones por parte de los abogados y la madre contó como contactó con ese canguro que resultó tener apetencias extravagantes y delictivas. Lo ví en el periódico, dijo la madre entre sollozos. Decía que tenia referencias y que tenia –volvió a sollozar- una gran experiencia con niños

1 comentario:

J.M. dijo...

Lo que habría que preguntarse aquí es ¿le gustó al niño?

Lo que la madre debería haber preguntado es ¿qué tipo de experiencia?

...me imagino una maravillosa historia de amor prohibido entre el canguro y el niño.
Una acusación por parte de los padres,cuya causa profunda son los celos, porque el niño quiere más a su canguro de lo que los quiere a ellos, y con más pasión.
Unas señales de violencia en el cuerpo del niño interpretadas como signos de violación, pese a que el niño protesta al escuchar esa palabra. Nunca le hizo nada que él no quisiese.

Lo que el canguro se pregunta es ¿por qué me prohíben amarle?

Lo que el niño se pregunta es ¿me quiere él tanto como le quiero yo?